jueves, 7 de febrero de 2013

Silencio

Entre la frialdad de lo hermoso
aparece el color blanco que permea todo
todo lo que hasta ahora había sido gris,
verde, negro;
un olor a viento raspado de rechazo se cuela entre mis mejillas,
empalideciendo mi vestido que destiñe a chorros.
Los labios de la indiferencia injustificada
mueren en la nada y se congelan entre la niebla.
Alguna vez me encontré ilusionada entre tus suaves muecas
que girando llegaban en entrelazados obeliscos
a llenarme por completo con una corriente enfurecida
de intensidad ahogandome en extásis, ahora... silencio.

Esta noche


Vientos de incensante soplo, golpean nuevamente los tallos de los árboles de un bosque oscuro, donde sólo hay matorrales, no hay caminos, llueve nieve granizada que cae sobre mi cabeza. Había visto unos ojos verdes entre dos cejas pobladas, entre rayos de luz, sin embargo súbitamente cayeron sobre ellos baldados de iris que con niebla cubrían su belleza de miedo. Ya no los pude ver más, a veces vuelven cuando un poco de sol se sienta sobre ellos, y alcanzo a sentirme feliz, al cabo de un rato ya vuelve la oscuridad a adueñarse de esta parte del bosque donde siempre esta de noche, y las estrellas no alumbran, no hay luna, ni rastro alguno luminoso... sólo estos ojos que no se dejan mirar, y yo que los quiero... tan sólo los quiero bordar de detalles hermosos.